En muchos modelos fabricados por la marca japonesa Towa, entre los años 60 y 80 del siglo pasado, se incluía una lamparita o linterna para colocarla en la bandeja de accesorios del trípode del telescopio.
Lamparita unida a la bandeja de accesorios |
Como ya hemos comentado en entradas anteriores, esta lamparita era tan codiciada que algunas personas se compraban un telescopio Towa por el mero hecho de tener una, aunque luego la colocasen en otros aparatos.
En muchos aparatos de segunda mano ya no viene la lamparita por el motivo comentado y porque además se solían estropear al derramarse el ácido de las baterías y los propietarios en vez de arreglarlas las desechaban.
Las hemos podido encontrar en los telescopios Towa, Scope, Hi-Power Tokyo y Alstar. Al menos en los 80/1200, en los 60/900 y 60/910 y en los 60/700.
¿Es interesante tener un punto de luz en la bandeja de accesorios del telescopio? Pues sí, ya que evitaremos necesitar una linterna de mano para la búsqueda y cambio de los accesorios en plena noche. Hay que pensar que en los años 60 no eran tan comunes las linternas de mano y menos que fuesen cómodas en el uso astronómico.
Las lamparitas se unían a la bandeja de accesorios mediante dos tornillos con tuerca de palomilla, que permitían una fácil instalación. Una vez unida la lamparita, se podía articular el brazo de la bombilla o abrir y cerrar el alojamiento de las baterías con facilidad.
Anclaje a la bandeja con dos tornillos, vista superior |
Anclaje a la bandeja con dos tornillos, vista inferior |
El diseño es claramente sesentero, con una electrónica muy sencilla y cuyos puntos débiles son las soldaduras y el interruptor.
Funcionan con dos baterías tipo AA de 1,5 voltios. La bombilla debe ser de al menos 3 o 3,5 voltios, si es de menor voltaje se estropeará.
Toda la lamparita es metálica, salvo unos tornillos de plástico y unos separadores que aseguran las conexiones de las baterías a la carcasa metálica, así como la pieza central del interruptor.
Funcionan con dos baterías tipo AA de 1,5 voltios. La bombilla debe ser de al menos 3 o 3,5 voltios, si es de menor voltaje se estropeará.
Toda la lamparita es metálica, salvo unos tornillos de plástico y unos separadores que aseguran las conexiones de las baterías a la carcasa metálica, así como la pieza central del interruptor.
Tapa abierta mostrando el portapilas |
Se abre y cierra a presión, con una pequeña etiqueta que indica “Pull”. El anclaje del cierre es gracias a dos resaltes en la chapa metálica y la tapa está unida con dos remaches que actúan como bisagra.
Dentro del alojamiento de las baterías se encuentra el “portapilas”, un tubo de plástico con una etiqueta pegada indicando el tamaño de las baterías de “UM-3 o AA”. Este tubito contribuye a mantener alineadas las baterías y protege un poco a la linterna del posible derrame de ácido si se estropean las mismas.
Los dos tipos de articulación, de cuatro y dos puntos |
El brazo articulado puede ser de dos tipos, uno con cuatro puntos de articulación y otra con sólo dos puntos. Creemos que la de cuatro puntos es la más antigua.
En ambos modelos las articulaciones son gracias a unas chapitas metálicas que abrazan unas piezas con forma de bola, unidas por unos tornillos con tuercas de palomilla.
Los interruptores de las versiones más antiguas llevan grabadas las indicaciones “ON” y “OFF”, mientras que las versiones más modernas las llevan pintadas. En estos más modernos hemos visto la tecla del interruptor en color negro y en color rojo.
El reflector de la lámpara es metálico, esmaltado en blanco. Las bombillas que hemos visto son transparentes, rojas e incluso azules. Estos últimos colores harían que la luz no deslumbrase mucho a los usuarios del telescopio.
Si conserva una de estas lamparitas, asegúrese de no dejar las baterías puestas y de que estén en buen estado.
Esperamos que les haya gustado esta referencia histórica. Gracias por vernos.